domingo, 9 de junio de 2013

Citoquinas - Grupo 002

Universidad Tecnológica de Santiago
UTESA



Materia:
Inmunología (Med-882-001)

Tema:
Citoquinas

Grupo:
002 (Motivados en el aprendizaje)
Huanni Vargas (1-11-2135)
Yolenny E. Pérez (1-10-0887)
Julio Jan Carlo Peralta (2-10-1353)
Esther Cera (1-11-2080)
Rodson Saint Paul (1-10-1296)
Junior Julsaint (2-10-2446)
Junie Merizier (1-11-0796)
Angelica María Rivas (1-09-1591)
Algenys Estevez (1-10-0481)
Cilien Ilionet (2-10-3656)
Marc- Anderson Stephond (1-11-1908)
Nelson Boudin (1-11-1064)

Fecha:
09/06/2013

Profesora:
Mirtha Villar




Índice




  • Introducción.
  • Propiedades generales de las citoquinas.
  • Estructura y función de las citoquinas.
  • Receptores de citoquinas.
1.       Estructura General de la familia de receptores de citoquinas.
2.     Transducción de la señal.
  • Antagonistas de las citoquinas.
  • Consecuencias de la secreción de citoquinas por parte de los linfocitos th1 y th2.
  • Conclusión.
  • Recomendaciones.
  • Bibliografía




Introducción

A continuación se desarrollará el tema de “Las Citoquinas” con el propósito de que sea la más entendible posible.
Se presentará a manera de resumen abarcando todo lo que parezca más importante.
Entre los subtemas a tratar están las propiedades generales de las citoquinas, la estructura y función de las citoquinas, los receptores de citoquinas, la estructura general de la familia de receptores de citoquinas, entre otros.



Citoquinas


Las citoquinas (o citocinas)  son un grupo de proteínas de bajo peso molecular que actúan mediando interacciones complejas entre células de linfoides, células inflamatorias y células hematopoyéticas.

Entre sus funciones podemos encontrar:
1-   Diferenciación y Maduración de células del sistema inmunitario.
2-   Comunicación entre células del sistema inmunitario.
3-   Funciones efectoras directas (en algunos casos).

En el pasado hubo ciertas galimatías con la cuestión de su denominación. Así, muchas de las primeras citoquinas se descubrieron como señalizadores entre leucocitos, por lo que se denominaron interleuquinas; otras eran secretadas por monocitos/macrófagos, por lo que se llamaron monoquinas, y así sucesivamente. Sin embargo, muchas de esas sustancias son producidas por otros tipos celulares, por lo que se desaconseja el uso de esas denominaciones, para agruparlas a todas bajo el concepto de citoquinas.

Las quimioquinas (o quimiocinas) son un tipo de citoquinas de pequeño tamaño, con papeles en la respuesta inflamatoria y la quimiotaxis de fagocitos.

Propiedades Generales de las Citoquinas

Las citoquinas son proteínas secretadas peso molecular bajo (por lo general menos de 30 kDa), que se producen durante las respuestas inmunes natural y específica. Se unen a receptores específicos de la membrana de las células donde van a ejercer su función, iniciando una cascada de transducción intracelular de señal que altera el patrón de expresión génica, de modo que esas células diana producen una determinada respuesta biológica.


Dentro del sistema inmune natural, los macrófagos son de las células más productoras de citoquinas, mientras que en el sistema específico lo son las células T colaboradoras. 
Las citoquinas son producidas por múltiples tipos celulares, principalmente del sistema inmune.

Las citoquinas pueden exhibir una o varias de las siguientes cualidades:
·       Pleiotropía > múltiples efectos al actuar sobre diferentes células.
·       Redundancia> varias citoquinas pueden ejercer el mismo efecto.
·       Sinergismo> dos o más citoquinas producen un efecto que se potencia mutuamente.
·       Antagonismo> inhibición o bloqueo mutuo de sus efectos.
Las citoquinas ejercen su acción al unirse a receptores específicos para cada citoquina en la superficie de la célula en la que ejercen el efecto. La afinidad de cada receptor hacia su citoquina correspondiente suele ser bastante alta.

Utilizando la analogía de lo que ocurre con las hormonas del sistema endocrino, las acción de las citoquinas se puede clasificar en:
·       De tipo autocrino.
·       De tipo paracrino.
·       De tipo endocrino (en pocas ocaciones).
Las citoquinas "controlan" el sistema inmune de varias maneras, que podemos agrupar de la siguiente manera:
·       Regulando (activando o inhibiendo) la activación, proliferación y diferenciación de varios tipos de células.
·       Regulando la secreción de anticuerpos y otras citocinas.


Estructura y función de las citoquinas



Las citoquinas son proteínas o glucoproteínas de menos de 30 kDa. Muchas de ellas pertenecen a la llamada familia de las hematopoyetinas, y tienen estructuras terciarias parecidas: una configuración a base de un conjunto de cuatro hélices con poca estructura en lámina.
Generalmente actúan como mensajeros intercelulares que suelen intervenir en la maduración y amplificación de la respuesta inmune, provocando múltiples actividades biológicas.

Aunque existen muchos tipos de células productoras citoquinas, los más importantes son los linfocitos TH y los macrófagos, ya que sus citoquinas son esenciales para que se produzca la respuesta inmune, una vez que se activan las células T y B por el contacto con las correspondientes células presentadoras de antígeno.


Principales tipos de respuesta mediatizados por la acción de las citoquinas:
1.    activación de los mecanismos de inmunidad natural:
a.    Activación de los macrófagos y otros fagocitos
b.    Activación de las células NK (Natural Killer)
c.    Activación de los eosinófilos
d.    Inducción de las proteínas de fase aguda en el hígado.
2.    Activación y proliferación de células B, hasta su diferenciación a células plasmáticas secretoras de anticuerpos.
3.    Intervención en la respuesta celular específica.
4.    Intervención en la reacción de inflamación, tanto aguda como crónica.
5.    Control de los procesos hematopoyéticos de la médula ósea.
6.    Inducción de la curación de las heridas.


¿Por qué las citoquinas, que son inespecíficas respecto del antígeno, pueden ejercer acciones de modo específico?
Veamos varios mecanismos:

·       Regulación muy fina de los receptores de cada citoquina: los receptores celulares indispensables para que una citoquina ejerza su papel sólo se expresan en tipos celulares concretos una vez que éstos han interaccionado con el antígeno.
·       Requerimientos de contactos estrechos célula a célula: la citoquina sólo alcanza concentraciones adecuadas para actuar en el estrecho espacio que queda entre dos células interactuantes.
·       Corta vida media de las citoquinas en sangre y fluidos: lo que asegura que sólo van a actuar en un estrecho margen de tiempo, en las cercanías de la zona donde se produjeron.


Receptores de citoquinas

Estructura general de las familias de receptores de citoquinas
Hay diversos tipos de receptores de membrana para citoquinas, pero se pueden agrupar en cinco familias:
·       Familia de receptores de citoquinas de la superfamilia de las inmunoglobulinas, que poseen varios dominios extracelulares de tipo Ig.
·       Familia de clase I de receptores de citoquinas (=familia de receptores de hematopoyetinas). 
·       Familia de clase II de receptores de citoquinas (=familia de receptores de interferones).
·       Familia de receptores de TNF: sus miembros se caracterizan por un dominio extracelular rico en cisteínas.
·       Familia de receptores de quimioquinas: son proteínas integrales de membrana, con 7 hélices inmersas en la bicapa lipídica. Interaccionan, por el lado que da al citoplasma con proteínas de señalización triméricas que unen GTP.
La mayor parte de los receptores de citoquinas del sistema inmune pertenecen a la familia de clase I (de receptores de hematopoyetinas). Todos sus miembros tienen en común poseer una proteína anclada a membrana, con un dominio extracelular en el que hay al menos un motivo característico llamado CCCC (cuatro cisteínas cercanas en posiciones equivalentes) y el llamado motivo WSXWS (Trp-Ser-X-Trp-Ser). Tras su porción transmembrana se encuentra una larga cola citoplásmica con ciertas tirosinas susceptibles de fosforilación.
La mayor parte de los receptores de clase I poseen dos proteínas de membrana:
·       Cadena alfa: que es la subunidad específica de la citoquina, sin capacidad de enviar señales al citoplasma.
·       Cadena beta: una subunidad transductora de señal, que a menudo no es específica de citoquina, sino que es compartida por receptores de otras citoquinas
La subunidad transductora de señal se necesita para formar el receptor de alta afinidad, y para transducir la señal al interior. Ello se logra porque tras la unión, se fosforilan ciertas tirosinas de la larga cola citoplásmica de la cadena transductora de señal.



Transducción de señal

Recientemente se han producido avances importantes en el desentrañamiento de la ruta que conduce desde la unión de la citoquina con el receptor de la célula diana hasta la activación de la transcripción de los genes cuyos productos son responsables de los efectos de dichas citoquinas. He aquí un modelo general que se puede aplicar a muchos receptores de las clases I y II:
1.    La citoquina provoca la dimerización de las dos subunidades del receptor (cadenas alfa y beta), lo que coloca cercanas a sus respectivas colas citoplásmicas.
2.    Una serie de proteín-quinasas de la familia de JAK (quinasas Jano) se unen a las colas agrupadas de las subunidades del receptor, con lo que se esas quinasas se activan.
3.    Las JAK se autofosforilan.
4.    Las JAK fosforilan a su vez determinadas tirosinas de las colas del receptor,
5.    Entonces proteínas de otra familia, llamada STAT (iniciales inglesas de transductores de señal y activadores de transcripción) se unen a algunas de las tirosinas fosforiladas de las colas del receptor, quedando cerca de las JAK.
6.    Las JAK fosforilan a las STAT unidas a las colas del receptor.
7.    Al quedar fosforiladas, las STAT pierden su afinidad por las colas del receptor, y en cambio tienden a formar dímeros entre sí. (Las tirosinas fosforiladas que han quedado libres en las colas del receptor sirven para unir nuevos monómeros de STATs).

8.    Los dímeros de STAT fosforilados emigran al núcleo de la célula, donde actúan ahora como activadores de la transcripción de ciertos genes, al unirse a secuencias especiales en la parte 5’ respecto de las respectivas porciones codificadoras.




Antagonistas de citoquinas

La actividad biológica de las citoquinas está regulada fisiológicamente por dos tipos de antagonistas:
·       Los que provocan el bloqueo del receptor al unirse a éste.

·       Los que inhiben la acción de la citoquina al unirse a ésta.
Como ejemplo de bloqueador de receptor tenemos el antagonista del receptor de IL-1 (IL-1Ra), que bloquea la unión de IL-1α o IL-1β . Desempeña un papel en la regulación de la intensidad de la respuesta inflamatoria.
Los inhibidores de citoquinas suelen ser versiones solubles de los respectivos receptores (y se suelen denominar anteponiendo una "s" al nombre del receptor): la rotura enzimática de la porción extracelular libera un fragmento soluble que retiene su capacidad de unirse a la citoquina.
El mejor caracterizado es el sIL-2R (versión soluble del receptor de la interleuquina 2), que se libera durante la activación crónica de los linfocitos T, y que corresponde a los 192 aminoácidos N-terminales de la subunidad α. Este sIL-2R se puede unir a la IL-2, impidiendo su interacción con el auténtico receptor de membrana, con lo que esto supone un control sobre el exceso de activación de los linfocitos T. Este inhibidor se usa de hecho en clínica como un marcador de la existencia de activación crónica (caso, p. ej., de las enfermedades autoinmunes, rechazo de injertos y SIDA).
Algunos virus han evolucionado para producir proteínas que se unen e inactivan a las citoquinas.
Por ejemplo, los poxvirus logran reducir el alcance e intensidad de los mecanismos inflamatorios naturales que forman parte de la defensa del hospedador gracias a la codificación de una proteína.

Consecuencias biológicas de la secreción de citoquinas por parte de los linfocitos th1 y th2

Las células TH1 producen IL-2, IFN-ч y TNF-β . Son responsables de funciones de inmunidad celular (activación de linfocitos TC e hipersensibilidad de tipo retardado), destinadas a responder a parásitos intracelulares (virus, protozoos, algunas bacterias).
Las células TH2 producen IL-4, IL-5, IL-10 e IL-13. Actúan como colaboradoras en la activación de las células B, y son más apropiadas para responder a bacterias extracelulares y a helmintos. También están implicadas en reacciones alérgicas (ya que la IL-4 activa la producción de IgE y la IL-5 activa a los eosinófilos).
En los años recientes está cada vez más claro que el resultado de la respuesta inmune depende en buena medida de los niveles relativos de células TH1 y TH2. En una respuesta a patógenos intracelulares existe un aumento de citoquinas de TH1, mientras que en respuestas alérgicas y ante helmintos es superior el nivel de las de TH2.
Un punto importante en todo esto es la existencia de una regulación cruzada entre TH1 y TH2:
·       El IFN-ч secretado por las TH1 inhibe la proliferación de las TH2.

·       Por su lado, la IL-10 secretada por las TH2 inhibe la secreción de IL-2 e IFN-ч por parte de las TH1. Esta inhibición en realidad no es directa. Además, las TH2 inhiben por sus citoquinas la producción en macrófagos del óxido nítrico (NO) y otros bactericidas, así como la secreción por estos macrófagos de IL-1, IL-6, IL-8 y otras citoquinas.
Este fenómeno de regulación negativa cruzada explica las ya antiguas observaciones de que existe una relación inversa entre la producción de anticuerpos y la hipersensibilidad de tipo retardado.


Observemos que los macrófagos y otras células presentadoras de antígeno también producen citoquinas (como la IL-12, descubierta hace relativamente poco tiempo) que regulan a su vez funciones inmunes efectoras. La IL-12 se produce en macrófagos activados en respuesta a infecciones bacterianas o de protozoos. Esta citoquina provoca la proliferación de células NK y TH1, que aumentan la producción de IFN-ч. Este interferón inmune ayuda en la mayor activación de macrófagos. De esta forma se cierra este circuito de retro-regulación positiva entre macrófagos y TH1, destinado a potenciar funciones efectoras de la rama celular de la inmunidad.
Por otro lado, los macrófagos se ven inhibidos por IL-4 e IL-10 secretadas por los TH2 (de nuevo una manifestación de la inhibición cruzada entre la rama especializada en la respuesta humoral y la centrada en la respuesta celular ante parásitos intracelulares).
Otro aspecto que va quedando claro igualmente es que la predominancia de una u otra de las dos subpoblaciones de linfocitos Tdepende a su vez del microambiente de citoquinas en que ocurriera la activación y maduración inicial a partir de linfocitos en reposo.






Conclusión

Ya para finalizar completamente el tema en si, nos gustaría agregar que hay enfermedades infecciosas crónicas que son los principales ejemplos de la polarización Th1/Th2 influenciando el desarrollo clínico de las enfermedades. La lepra lepromatosa y la lehismaniasis diseminada muestran respuesta Th2 mientras que la lepra tuberculoide o localizada y la lehismaniasis localizada son TH1. Además que el desequilibrio en las citoquinas está asociado a muchos fenómenos clínicos presentados por los pacientes VIH positivos tales como: tumores, hipersensibilidad, alérgica, caquexia, etc.
Igualmente están emergiendo evidencias nuevas acerca de desórdenes en las cadenas de citoquinas en autoinmunidad, alergias y en la evolución de tumores malignos.





Recomendación

Se recomienda visitar las siguientes páginas para un mejor entendimiento y manejo de estas proteínas:



  
Bibliografía



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